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Lucio Fontana (Rosario, 19 de febrero de 1899-Comabbio, 7 de septiembre de 1968) fue un pintor, ceramista y escultor ítalo-argentino. Fundó en 1946 el Espacialismo.
Pasó los primeros años de su vida en Italia, se enrola en el Ejército Italiano, combate en la primera guerra mundial, es herido y le otorgan una medalla de plata al mérito. En 1921 regresó a Argentina, donde permaneció hasta 1928, trabajando como escultor junto a su padre hasta el momento en que abrió su propio Estudio.
En 1930 viajó a Italia presentó su primera exposición en Milán. En la siguiente década viajó varias veces entre Italia y Francia, trabajando con artistas de arte abstracto y también con expresionistas.
En 1940 retornó nuevamente a Buenos Aires, Argentina, lugar donde en 1946 fundó, junto con algunos de sus alumnos, la academia Altamira y dio a conocer el Manifiesto Blanco, en el cual sostiene “La materia, el color y el sonido en movimiento son los fenómenos cuyo desarrollo simultáneo integra el nuevo arte”.
Nuevamente en Milán, en 1947 apoyó junto a otros escritores y filósofos el primer manifiesto del espacialismo, retomando al mismo tiempo sus trabajos de cerámica en Albisola. En este nuevo concepto explora los límites espaciales de aquello que se ve y aquello que no, en cada una de sus obras.
A partir de 1958 inició la denominada serie de los tajos, consistente en agujeros o tajos sobre la tela de sus pinturas, los cuales dibujan el signo de lo que él mismo denomina “un arte para la Era Espacial”. Por esos años, en 1959, Fontana realizó presentaciones con telas recortadas con múltiples elementos combinables, denominando a estos conjuntos “Quanta”.
Murió el 7 de septiembre de 1968, en Italia.

Lucio Fontana (Rosario, February 19, 1899-Comabbio, September 7, 1968) was an Italian-Argentine painter, ceramist and sculptor. He founded Spatialism in 1946.
He spent the first years of his life in Italy, joined the Italian Army, fought in the First World War, was wounded and was awarded a silver medal for merit. In 1921 he returned to Argentina, where he remained until 1928, working as a sculptor with his father until he opened his own Studio.
In 1930 he traveled to Italy and presented his first exhibition in Milan. In the following decade he traveled several times between Italy and France, working with abstract art artists and also with expressionists.
In 1940 he returned again to Buenos Aires, Argentina, where in 1946 he founded, together with some of his students, the Altamira Academy and published the White Manifesto, in which he maintains “Matter, color and sound in movement are the phenomena whose simultaneous development integrates the new art”.
Again in Milan, in 1947, together with other writers and philosophers, he supported the first manifesto of spatialism, at the same time resuming his ceramic work in Albisola. In this new concept he explores the spatial limits of what is seen and what is not, in each of his works.
Starting in 1958, he began the so-called tajos series, consisting of holes or cuts on the canvas of his paintings, which draw the sign of what he himself calls “an art for the Space Age.” During those years, in 1959, Fontana made presentations with fabrics cut with multiple combinable elements, calling these sets “Quanta”.
He died on September 7, 1968, in Italy.

En 1990 Diego Montero era un joven arquitecto porteño para quien Punta del Este había sido siempre un lugar de vacaciones y donde había empezado a hacer algunas obras dispersas desde el año 80. Casi todas pequeñísimas rusticas y elementales, pero con un sentido del lugar y del savoir vivre muy personal y característico que poco a poco fue ganando cultores y adeptos. Hoy, cuando ya hace más de 20 años desde que se instaló definitivamente con su familia en Manantiales, es prácticamente imposible hacer más de dos cuadras por esa angosta franja sobre el mar que va desde el puente de La Barra hasta Jose Ignacio sin cruzarse con alguna casa u obra suya. Y si bien es cierto que el mero aspecto cuantitativo es impresionante – desde el año 90 ha construido un promedio de entre diez y quince casas por año – tal vez sea más interesante aún el hecho de que muchas de sus obras (como el restorán Los Negros, en José Ignacio, o más reciententemente el hotel de Garzón, ambos de Francis Mallmann) hayan sido la piedra fundacional y el motor de arranque para desarrollos posteriores.
In 1990 Diego Montero was a young architect from Buenos Aires, for whom Punta del Este had always mostly a holiday destination. A place where he had built a handful of houses, with a very unique sense of place, that were slowly gathering a cult following. Now, more than 20 years after he decided to make that area his permanent residence, it's virtually impossible to walk for more than a couple of blocks, along that narrow strip between La Barra and Jose Ignacio, without bumping into one of his houses. Aside from the impressive volume of his output – he has bult an average of 10 houses a year over the last decade – it is perhaps more interesting that many of his projects (such as Los Negros restaurant, or more recently the Hotel Garzón, both for Francis Mallmann) have become stepping stones for developments to follow.

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