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Originario de Michigan, John Lautner fue uno de los arquitectos más reconocidos del siglo XX. Después de estudiar arquitectura, Lautner se trasladó a Wisconsin, donde Frank Lloyd Wright había creado una escuela de arquitectos.

Así, Lautner ingresó a la Taliesin East School, donde además de dibujar, aprendió cantería y carpintería, coincidendo con grandes arquitectos como E. Fay Jones, Paolo Soleri y Santiago Martínez Delgado.

Después de trabajar seis años con Wight, se trasladó a Los Ángeles en 1940 para emprender su propio camino. Pronto, Lautner se convirtió en el director de obras como la casa “Wingspread” de Wright Johnson y varios proyectos residenciales.

Lautner logró incorporar elementos personales en su estilo, como las formas curvas, de la contemplación del paisaje, de las paredes acristaladas y la esencia de la naturaleza en cada proyecto, a lo que el denominaba “arquitectura real”.

La combinación de la ingeniería con el estilo de la era espacial, lo llevaron a crear edificaciones como la casa Chemosphere, un ícono en Los Ángeles. Asimismo, construyó residencias de hormigón como Bob Hope y otras casas en Palm Springs.

Gracias a la excentricidad de sus obras, algunas residencias fueron utilizadas como sets de películas, como la Residencia Arango en Acapulco y el Motel Desert Hot Springs en Palm Springs. Una de las más conocidas es la residencia Elrod, la cual apareció en la película de James Bond Diamantes para la eternidad en 1971.

Aunque este arquitecto fue idolatrado por jóvenes modernistas, criticado por académicos y querido por los clientes, la verdadera esencia de su filosofía era la búsqueda de la belleza.

 

A pesar de su estilo único, fue hasta después de su muerte en 1994 cuando sus obras comenzaron a tener el reconocimiento de personalidades de la arquitectura, como Frank Gehry o Zaha Hadid.

Originally from Michigan, John Lautner was one of the most renowned architects of the 20th century. After studying architecture, Lautner moved to Wisconsin, where Frank Lloyd Wright had created a school of architects.
Thus, Lautner entered the Taliesin East School, where in addition to drawing, he learned stonework and carpentry, coinciding with great architects such as E. Fay Jones, Paolo Soleri and Santiago Martínez Delgado.
After working for six years with Wight, he moved to Los Angeles in 1940 to set out on his own path. Soon, Lautner became the director of works such as Wright Johnson’s “Wingspread” house and several residential projects.
Lautner managed to incorporate personal elements into his style, such as curved shapes, contemplation of the landscape, glass walls and the essence of nature in each project, which he called “real architecture.”
The combination of engineering with the style of the space age led him to create buildings such as the Chemosphere house, an icon in Los Angeles. He also built concrete residences such as Bob Hope and other houses in Palm Springs.
Thanks to the eccentricity of his works, some residences were used as movie sets, such as the Arango Residence in Acapulco and the Desert Hot Springs Motel in Palm Springs. One of the best known is the Elrod residence, which appeared in the James Bond film Diamonds Are Forever in 1971.
Although this architect was idolized by young modernists, criticized by academics and loved by clients, the true essence of his philosophy was the search for beauty.

Despite his unique style, it was not until after his death in 1994 that his works began to be recognized by architectural personalities such as Frank Gehry or Zaha Hadid.

J. Lautner Foundation

En 1990 Diego Montero era un joven arquitecto porteño para quien Punta del Este había sido siempre un lugar de vacaciones y donde había empezado a hacer algunas obras dispersas desde el año 80. Casi todas pequeñísimas rusticas y elementales, pero con un sentido del lugar y del savoir vivre muy personal y característico que poco a poco fue ganando cultores y adeptos. Hoy, cuando ya hace más de 20 años desde que se instaló definitivamente con su familia en Manantiales, es prácticamente imposible hacer más de dos cuadras por esa angosta franja sobre el mar que va desde el puente de La Barra hasta Jose Ignacio sin cruzarse con alguna casa u obra suya. Y si bien es cierto que el mero aspecto cuantitativo es impresionante – desde el año 90 ha construido un promedio de entre diez y quince casas por año – tal vez sea más interesante aún el hecho de que muchas de sus obras (como el restorán Los Negros, en José Ignacio, o más reciententemente el hotel de Garzón, ambos de Francis Mallmann) hayan sido la piedra fundacional y el motor de arranque para desarrollos posteriores.
In 1990 Diego Montero was a young architect from Buenos Aires, for whom Punta del Este had always mostly a holiday destination. A place where he had built a handful of houses, with a very unique sense of place, that were slowly gathering a cult following. Now, more than 20 years after he decided to make that area his permanent residence, it's virtually impossible to walk for more than a couple of blocks, along that narrow strip between La Barra and Jose Ignacio, without bumping into one of his houses. Aside from the impressive volume of his output – he has bult an average of 10 houses a year over the last decade – it is perhaps more interesting that many of his projects (such as Los Negros restaurant, or more recently the Hotel Garzón, both for Francis Mallmann) have become stepping stones for developments to follow.

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