DM

HO

La estructura original del Hotel Oceanía es un típico ejemplo de la influencia náutica – estilo paquebot – en la arquitectura costera uruguaya de los años 1930. Diseñado por Bello y Reboratti y finalizado en 1937, la historia del edificio refleja las fortunas del país. Después de pasar por diferentes manos y albergar diferentes funciones (hotel, Casino, Discoteca) que van corrompiendo el diseño original, el edificio queda finalmente abandonado en 2007.

 

Cuando los nuevos dueños plantean su plan de renovación, la comisión urbanística de Carrasco pide mantener el espíritu náutico del edificio original. El nuevo diseño re-interpreta cuidadosamente el diseño original e incluye unas ventanas circulares en la parte baja de la fachada principal – una recreación de los ojos de buey que se pueden ver en las fotos del antiguo Hotel Oceania – así como chimeneas cilíndricas de metal.

 

En el interior la reconfiguración es radical: se plantea el reto de acomodar los nuevos apartamentos open plan dentro de la vieja estructura de habitaciones individuale – separadas por pilares. Para resolver este problema, se desarrolla un juego de diferentes alturas de techo, negociando la jerarquía interna de los nuevos espacios con los los pilares y alturas existentes. Por otro lado se añade un ascensor y diseña una escalera flotante que conecta los diferentes pisos creando una sensación de verticalidad y ligereza.

The original Oceania Hotel is a typical example of nautically-influenced Art Deco Architecture – or more specifically paquebot style – common in the Uruguayan seaside around the 1930s. Originally designed by the firm  Bello y Reboratti and completed in 1937, the history of the building reflects the country’s fortunes. After going through different hands and hosting different functions (Hotel, Casino, Nightclub) that are corrupted the original design of the building, It was finally abandoned in 2007.

 

When the new owners applied for the renovation plan, the local urban design commission requested to maintain the nautical spirit of the original building. The new buidling carefully re-interprets the original design reinstating round windows in the lower part of the main façade – a recreation of the portholes that can be seen in the photos of the former Hotel Oceania – as well as round metal chimneys.

 

Inside the reconfiguration is way more radical. The main challenge was the need to accommodate large open plan apartments within the old structure of individual rooms, separated by pillars. To solve this problem, a set of different ceiling heights was carefully designed, negotiating the internal hierarchy of the new spaces with the existing pillars. On the other hand, the new elevator and floating staircase that connects the different floors is detached from the main structure, emphasizing the vertical axis.

Goedkoope Retours Naar Londen A.M. Cassandre (1932)

En 1990 Diego Montero era un joven arquitecto porteño para quien Punta del Este había sido siempre un lugar de vacaciones y donde había empezado a hacer algunas obras dispersas desde el año 80. Casi todas pequeñísimas rusticas y elementales, pero con un sentido del lugar y del savoir vivre muy personal y característico que poco a poco fue ganando cultores y adeptos. Hoy, cuando ya hace más de 20 años desde que se instaló definitivamente con su familia en Manantiales, es prácticamente imposible hacer más de dos cuadras por esa angosta franja sobre el mar que va desde el puente de La Barra hasta Jose Ignacio sin cruzarse con alguna casa u obra suya. Y si bien es cierto que el mero aspecto cuantitativo es impresionante – desde el año 90 ha construido un promedio de entre diez y quince casas por año – tal vez sea más interesante aún el hecho de que muchas de sus obras (como el restorán Los Negros, en José Ignacio, o más reciententemente el hotel de Garzón, ambos de Francis Mallmann) hayan sido la piedra fundacional y el motor de arranque para desarrollos posteriores.
In 1990 Diego Montero was a young architect from Buenos Aires, for whom Punta del Este had always mostly a holiday destination. A place where he had built a handful of houses, with a very unique sense of place, that were slowly gathering a cult following. Now, more than 20 years after he decided to make that area his permanent residence, it's virtually impossible to walk for more than a couple of blocks, along that narrow strip between La Barra and Jose Ignacio, without bumping into one of his houses. Aside from the impressive volume of his output – he has bult an average of 10 houses a year over the last decade – it is perhaps more interesting that many of his projects (such as Los Negros restaurant, or more recently the Hotel Garzón, both for Francis Mallmann) have become stepping stones for developments to follow.

E-10 km 12

Sant Joan de Labritja

Ibiza 07810

Contacto

info@diegomontero.com

+598 95002 765

Costanera a la Barra s/n

El Tesoro

Maldonado 20001